La mejor medicina no se vende en farmacias. La mejor medicina eres tú misma, cuando por fin te das cuenta de que ponerte en primer lugar es la clave para avanzar en tu propio bienestar. Y creeme que cuando te des cuenta de esto, no habrá vuelta atrás.

y esto porque te lo digo tan convencida?

Precisamente porque yo misma he pasado por ello. Ademas, en todos los aspectos! En el emocional, en el físico, con la alimentación …en realidad tardas un poco en darte cuenta de que todo esta muy relacionado entre si

Llamamiento a la gente disfrutona

Lo confieso, soy una disfrutona de la vida. Me encanta vivir, y me encanta vivir bien, y con ello me refiero a vivir relativamente feliz, tranquila, reírme a diario, abrazar a quienes mas quiero. De verdad que hoy en día no se vivir de otra manera. Necesito ser así.

Ahora sé disfrutar de las pequeñas cosas. Antes siempre aspiraba a más en muchos ámbitos de mi vida , y aunque no es malo tener aspiraciones, hay que saber hasta donde te merece la pena llegar, y que precio estas dispuesto a pagar para llegar más lejos. Tu vida, tus momentos , el tiempo con tu familia, acostar tu cabeza en la almohada y dormir sin preocupaciones, no llegar exhausta al viernes porque el tren de la vida esta semana ha podido contigo.

Cuando era una adolescente, no importaba cuánto me esforzara por disfrutar la vida, esos momentos de ansiedad generalizada se colaban, como ese amigo toxico que no se da cuenta de que ya sobra , Oye, y no habia forma de sacarles. Era como vivir con el freno echado. Y no me digas, eso para una adolescente con amigas locas y divertidas como las mias, era una faena por no decir otra palabra menos fina.

Y aunque me consideraba y me considero una persona altamente positiva y feliz, las sombras de la ansiedad me seguían siempre, en mis exitos y en mis fracasos. Pero sobre todo en mis exitos, porque , si quieres mas adelante hablamos del auto sabotaje…. Esto da para mucha literatura. A que sabes a lo que me refiero?

La puerta de la nevera pide descanso

Y sí, esa ansiedad se hace amiga rapida de la comida. En esos días de ansiedad, la nevera abría y cerraba sus puertas mas veces que por las que había sido contratada. Siempre he sido consciente de tener una buena alimentación, equilibrada y saludable. De hecho quien me lea y me conozca dirá: si no has tenido sobrepeso en la vida. Ni falta que hace. Pero podía comer 20 veces al día, saludable pero excesivo. y luego hacer deporte para quemarlo y empatar. Algo no anda bien por aquí, señorita JP bienestar…

Y , ¿cuál era la razón detrás de esto? Sé que la comida se convertía en una especie de colega , como esas que te dicen que te acompañan por darte apoyo moral cuando tienes un marrón que lidiar, que no hacen nada pero estan ahi aguantando la vela, un alivio, un descanso momentáneo, como el que se fuma un cigarrillo y siente esa ilusión de falsa calma por 5 minutos

Aqui mandas tu y no ella

Sin embargo, no todo estaba perdido. Con el tiempo, comencé a identificar esas emociones. Aprendí que la ansiedad no era un monstruo que no podía controlar, sino un desafío a superar. La verdad no te voy a mentir, lo se por experiencia, es un trago , un hueso duro de roer. Pero te lo digo desde ya : a la ansiedad hay que echarle un par de H y ponerle el puño encima de la mesa para decirle que aqui, mandas tú y no ella.

yo, poco a poco, fui desarrollando estrategias personales para gestionarla. Con cada pequeño paso, me sentía menos atrapada y más capaz de frenar esos impulsos. Ahora, tengo el control y puedo disfrutar de mi comida sin mas remordimientos. La comida ya no domina mi vida, ya no es el eje de todo. Antes siempre estaba pensando en la comida siguiente.

Ahora me siento libre.